Lo reconozco, el baño es algo que me pierde. Es un momento de tranquilidad, de relax absoluto, de pensar o de no pensar, de dejar que mi cuerpo se funda con el agua y sentirme ajeno a cualquier problema o inquietud. Es verdad que en pareja se disfruta mucho pero yo tengo mis momentos íntimos de disfrutar de mi baño en soledad... Preparar bien el ambiente, luz tenue, música suave y relajante y un buen gel que libere la espuma exacta. Es casi un ritual, es saber que tiene que estar bien preparado, es mi momento de relax perfecto, mío y sólo mío. Introducirme en el agua caliente y emitir un soplido de satisfacción y placer, un momento hedonista perfecto. A partir de ahí puede pasar que deje pasar los minutos y horas disfrutando de esa tranquilidad, o que mi imaginación vuele, y me recreo en ello... monto una historia ya sea erótica, histórica o surrealista con mucho detalle y sin prisas. Desde hace tiempo soy un fetichista de los momentos y llega un punto donde ya no me estimula el sexo o la autosatisfacción sin un contexto, una preparación, una atmósfera especial o un momento morboso y loco. El baño es un buen ejemplo, ya sólo pensando o preparando el momento disfruto como nadie.
6 comentarios:
A veces los contextos son más importantes que los propios hechos... a mí también me gusta recrearme en el momento de la ducha...
agua calentita uhmmmm
mmm...si, el baño es un momento íntimo, de uno mismo, y personal e intransferible!;)
gracias por pasar por la botella, nos leemos!
Es cierto... nada como ese momento personal e íntimo, que te permite relajarte sin nadie más alrededor... solamente tú.
totalmente de acuerdo!
..."fetichista de los momentos."
Gran concepto. Vale el post entero.
Pensaba que solo tenía fetichismos pequeños e inocuos...
...hasta hoy.
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