Se sentía triste. Vacío. Buscaba
en su vida el reflejo de las cosas que le gustaba de los demás pero no lo
conseguía. Se sentía feliz a manera de escudo, sin de verdad querer mirarse
dentro y querer darse cuenta de la realidad. Veía a sus amigos más guapos, más
delgados, más atractivos y triunfadores, si sabía que de tener un encanto no
era fácilmente visible al ojo humano. Nada consideraba que tuviera que ver con
el amor propio. La paz de espíritu es un término que nunca le había terminado
de gustar, querer y estar satisfecho de lo que haces y de cómo eres. ¿Acaso
alguien puede tener de eso? Se preguntaba constantemente a lo largo de los
años. Sabía que toda su desgracia residía en que no llegaría a ser nunca lo que
soñaba de sí mismo. Y le preocupaba que eso afectara a su autenticidad. A veces
no le era fácil comportarse con normalidad ante los demás, no tenía miedo al
rechazo, simplemente era pánico. No al rechazo de las personas que pasan
diariamente pro nuestra vida, si no de los suyos. Sus amigos y su familia era
la vida que le mantenía atado a la tierra. Soñaba con la muerte e imaginaba
miles de finales para su vida, la mayoría de ellos trágicos. Aun así se
consideraba feliz a manera de escudo, se mentalizaba de que era feliz para no
tener que pensar si lo era, se conformaba con lo que le acercaba la vida sin el
preguntar porque, sin sacarla nunca a bailar. Tenía miedo a no amar nunca, a no
saber que quería amar, no saber dónde buscar y con miedo a poder encontrar. Le
gustaba leer biografías de personajes desgraciados y encontrar en la
infelicidad signos de luz y prosperidad.
28 mayo, 2013
22 mayo, 2013
piscina, ducha y pasta.. (escrito a cuatro manos)
Le encanta el baile de sus caderas cuando camina, la firmeza
del sonido de sus pies al pasar a mi lado y ese aroma que penetra directo a
la parte derecha de mi cerebro completando el puzzle del deseo. Deseo que se
aviva cuando la observo semidesnuda descender los peldaños suavemente y
sumergir su belleza. Como una grácil sirena danza con el agua que nos mantiene
en contacto, siento un cálido burbujeo entre las ingles que se transforma en hervor
cuando se acerca y escucho su respiración entrecortada, cuando veo su largo
pelo enredado en su rostro mojado. Las imágenes, los sucesos, transcurren como
si de flashes se tratasen. Mis ojos clavados en el trozo de cuerpo que el agua
me deja ver. Su vista viajando consciente de mis labios a mis brazos, a la vez
que intenta descubrir mi abultada entrepierna. Chispas en el denso soplo,
vicioso, atando nuestros cuerpos. Nerviosa mi mano posada con tiento en la piel
de su muslo, subiendo despacio y arrastrando la tela que estorba. Dedos
calientes, gruesos, siniestramente lentos llegando hasta su centro. Mi boca
voraz se arroja y precipita en caída libre hasta impactar contra su pecho
mientras me la acerco con la mano derecha. Muerdo el lunar de su escote. El
pecho derecho sale a flote y se muestra delicioso. Un pezón turgente y rosado
es atrapado por mis rápidos labios. Mientras sus dientes torturan todo cuanto
pillan. Separo sus piernas con la rodilla. Impulsivo. Obediente. Suspira.
20 mayo, 2013
¿y a que espera?
Necesito una mujer, una buena mujer, la necesito más que el teclado desde donde escribo este texto, más que los cereales de las mañanas, más que el último whatsapp de la noche. La necesito más que el cine, la literatura, mi colección de entradas, la música en la ducha, los orgasmos y todas las cosas buenas. Necesito tanto una buena mujer que siento que la huelo en el aire, que la toco con las yemas de mis dedos. Necesito tanto esa mujer que veo calles hechas para pasear juntos, que veo almohadas donde descansar su cabeza, que siento mi sonrisa esperando, que la veo dormir y guardo ese instante, que veo su ropa interior derramada por el suelo, que siento los fines de semana de resaca, las mantas, y las pelis de sobremesa malas. Sé que existe. Sé que está ahí. Sé que está muy cerca. ¿Y a qué espera? No se si se dará cuenta. Supongo que nos encontraremos. ¿Y como reaccionará ella?
11 mayo, 2013
se (de ellos)
Se miran, se sospechan,
se apetecen, se acarician, se besan, se desnudan, se acuestan, se huelen, se
penetran, se absorben, se transforman, se aletargan, se despiertan, se encienden,
se palpan, se encantan, se mastican, se gustan, se desean, se babean, se
confunden, se ajustan, se deshacen, se aletargan, fallecen, se
reintegran, se agitan, se retuercen, se estiran, se avivan, se
estrangulan, se oprimen, se estremecen, se tantean, se juntan,
desfallecen, se repelen, se enervan, se apetecen, se pretenden, se unen,
se golpean, se arrestan, se dislocan, se taladran, se empotran, se
acribillan, se embuten, se ensamblan, se desvanecen, se reviven,
resplandecen, se enardecen, se enloquecen, se derriten, se sueldan, se chiflan,
se muerden, se asesinan, resucitan, se buscan, se restriegan, se esquivan,
se evaden, se entregan,… demasiado reflexivo para tan poca reflexión. Y ellos
tratan de negarlo pero se necesitan.
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