En los últimos
años me han pasado multitud de cosas, muchos momentos buenos –aunque menos de
los que esperaba- y algún que otro malo –más de los que hubiera deseado. He
vivido entre dos ciudades, he viajado a tantas otras, me he enganchado unas
cuantas veces, me he desenamorado otras tantas, he aprendido y olvidado cosas
por igual, inicié muchos proyectos, algunos cerrándolos con éxito, otros
dejándolos a medias, también, he destruido salvajemente algunas de mis neuronas.
Se puede decir que he vivido lo suficiente como para que ahora me encuentre
contándote algunas historias poco interesantes sobre mi vida. Pero en todo este
tiempo ha estado ella, nunca ha faltado, no me ha dejado, fiel a nuestras
citas. Se me puede llamar interesado u egoísta pero cuando una relación me ha
hecho aguas, siempre he vuelto para encontrarme con ella ¿Que qué más puedo
decir? Pues supongo que todo y nada. Hemos compartido infinidad de noches, ha
sido testigo de miles de orgasmos, como buena compañera que es, ha conocido
mujeres que aún recuerdo, otras que no debería recordar, otras que siguen y,
probablemente, alguna que vendrá. Pacientemente ella ha guardado mis secretos,
ha vivido mis momentos tiernos, sin celos, aunque también los descensos a los
amargos abismos del abandono o la tristeza. No ha fallado en mi vida para
recoger esas lágrimas que nadie ha sido capaz de ver y, a veces, incluso mi
sangre. Me ha acompañado en cantidad de instantes tranquilos, instantes de
silencio, instantes de paz, de melancolía, de felicidad. Hoy rindo un sentido
homenaje a esta ventana. La ventana que ahora lees y hoy cumple años. En ella
he podido contar historias, algunas más ficticias que otras, en las cuales en cierto modo mostraros mi modo de
ver la vida. Resulta graciosa la de cantidad de sitios a los que habrán llegado
nuestras palabras e imágenes a través de Internet. Por ejemplo, estas letras,
han entrado en una habitación que ni conozco, en tu trabajo, en una biblioteca
de Madrid, en un aula de informática de Sevilla, en un teléfono móvil cerca de
mi casa, en un cibercafé en Nueva York, en casa de mi amante y de la que nunca
fue novia, y del ex novio de mi amiga. Puede que estas palabras hayan pasado
también por la facultad de Derecho donde estudiaba, en un hospital en México,
o en un metro viajando por Paris. Al caso, son mis palabras las que entraron en
tu pantalla, y soy yo, y eres tú. Yo lo escribí y lo publiqué pero el momento
en el que lo sientas como tuyo la propiedad pasa a ser de los dos. Soy un
pirata que escribe sobre el amor, sobre la alegría, la mezquindad, los
sentimientos, el sexo, el deseo, la amistad, las noches y los sueños. A los que
pasáis por aquí ¡gracias! Porque seguís alimentando este proyecto. Son mis
palabras las que entraron en tu pantalla, y tu soy yo, y yo soy otro.
21 enero, 2014
18 enero, 2014
composición de un cuerpo
¿Cómo sabes
que una persona te conviene? Pues se debe medir por tu crecimiento –no de la
polla, aunque también- y la alegría que obtienes ¿correcto? Por lo tanto, hay
un devenir, hay una composición de un cuerpo con otro, luego, fuegos
artificiales y todas esas cosas. Hay infinitos ejemplos en la naturaleza ¿Te
has dado cuenta de la utilidad de las abejas para las plantas y viceversa? Las
abejas necesitan a las flores para el néctar y polen, las flores necesitan a
las abejas para ser polinizadas, dando semillas y frutos. Aquí hay una clara
composición de un cuerpo con otro, luego, fuegos artificiales y todas esas
cosas. Y el amor funciona así, signos que se atraen, desarrollo, intercambio de
fluidos, también fuegos artificiales y todas esas cosas. Pero hay que tener
claro que todos somos diferentes, hay distintas potencias y nuestra identidad
nos hace aspirar a unas semejantes potencias, ideas y devenires. De esto mismo
hablaba Deleuze, que era un auténtico genio pero que se acabó tirandose por la
ventana de su habitación, ya ves tú. Al caso, hay que tener cuidado con el
devenir, ser un poco nómada, buscar composiciones de un cuerpo con otro,
escuchando fuegos artificiales, pero siempre sin salirse del mapa… o la
ventana.
02 enero, 2014
año nuevo, oportunidades nuevas
Todos creemos que las cosas pasan sólo a otros, que estamos aislados de la desgracia, que la sorteamos, pero lo cierto es que ahora en algún lugar hay unos padres, que bien podrían ser los tuyos, llorando desconsolados. Hay unos amigos destrozados, que este fin de semana no marcaran un número de teléfono para salir a tomar unos vinos. Hay una novia que se ha quedado sin su pareja, que ya no volverá a pasar una noche con la persona que quería con locura. Una vida que se ha esfumado. Por eso pregunto ¿Y si realmente la fueras a diñar mañana? ¿Sabe tu madre que la quieres con locura a pesar de que últimamente no os habláis todo lo que deberíais? ¿Sabe ya tu ex novia que aún sigues suspirando por despertarte a su lado todos los días? ¿Sabe tu vecino que cuando te follas a su mujer ella quita de la mesita de noche la foto donde aparecen juntos en la luna de miel? ¿Sabe ya tu amiga que es algo más que una amiga? ¿Sabe ya esa chica que aún no se han escrito los versos de vuestra ruptura? ¿Sabe ya tu jefe lo que realmente piensas de él?
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