A veces pienso en ti. En hacerte el amor. En cerrar heridos
y compartir el alma de nuevo. Pero esto no se lo diré a nadie, sobre todo a ti.
Deberían torturarme para decirlo en voz alta, ni siquiera sé si lo pienso en
serio o la distancia me hace creerlo. No hay nada más necesario que lo
superfluo, ¿y que hay más superfluo que follar? Yo no hablaba ahora de follar sino
de hacer el amor, de compartir y de mirarnos y ver más allá. Quizás todo sea un
desea de sentirme vivo, deseado, poseído, amado, palpitante, frágil,… Hacíamos
el amor de esa forma en la que querer duele. Como dice un anuncio “En aquella época
no necesitábamos nada para ser feliz. Lo necesitábamos todo”