02 noviembre, 2014

apuntes un domingo por la mañana

A veces pienso en ti. En hacerte el amor. En cerrar heridos y compartir el alma de nuevo. Pero esto no se lo diré a nadie, sobre todo a ti. Deberían torturarme para decirlo en voz alta, ni siquiera sé si lo pienso en serio o la distancia me hace creerlo. No hay nada más necesario que lo superfluo, ¿y que hay más superfluo que follar? Yo no hablaba ahora de follar sino de hacer el amor, de compartir y de mirarnos y ver más allá. Quizás todo sea un desea de sentirme vivo, deseado, poseído, amado, palpitante, frágil,… Hacíamos el amor de esa forma en la que querer duele. Como dice un anuncio “En aquella época no necesitábamos nada para ser feliz. Lo necesitábamos todo”