26 enero, 2009

que bueno tener amigos!

A mis amigos les debo la ayuda y las palabras de aliento y el abrazo, el compartir con todos ellos la distancia que nos presenta la vida paso a paso. A mis amigos les adeudo la paciencia de tolerarme mis momentos más agudas, los arrebatos del humor, la negligencia, las vanidades, los temores y las dudas. A veces la amistad parece un barco frágil de papel endeble y navegable, que raramente puede con el una tempestad. Porque ese barco de papel tiene aferrado a su timón, por capitán y timonel...¡un corazón!. Ese barco de amistad debe siempre navegar.
A mis amigos les adeudo algún enfado que perturbara sin querer nuestra armonía, sabemos todos que no puede ser pecado el discutir alguna vez por tonterías, el alma del amigo perdona y no se engríe, quizás como el amor que San Pablo escribe. A mis amigos legaré cuando me muera mi devoción en un acorde de guitarra, y entre los versos olvidados de un poema mi pobre alma, tan ilusa, de pirata.