26 junio, 2009

...y acción!

Y ahí está… una vez más, detrás de la cortina, esperando que comience la función. Del otro lado, el público, que como siempre espera su mejor actuación. Si supieran que no me gusta mi papel… Para no pensar, se concentra en una gota que le recorre la espalda. Sabe que los largos segundos que faltan para que el telón se descorra, inevitablemente, llegarán a su fin, dejando su cuerpo desnudo a la vista del mundo. Porque sí, en esa primera escena él está desnudo. Respira profundo, resignado. La cortina se desliza como sin ganas. Entonces, en un gesto desprovisto de toda teatralidad, alza un brazo y coge la toalla del perchero, sale de la bañera y se seca frente al espejo. Piensa. A veces, el show no debería continuar.

1 comentario:

Lydia dijo...

Sacar al mundo las vergüenzas no es nada fácil incluyendo a los artistas teatrales, que a veces tienen que sacar su desnudez exterior... y a veces la interior.