10 junio, 2009

improbabilidad pasmosa


La real academia define la palabra imposible como algo que no tiene ni facultad ni medios para llegar a ser o suceder, y define improbable como algo inverosímil que no se funda en una razón prudente. Puesto a escoger, y fuera del gusto que me atrae a hablar de la imposibilidad, a mi me gusta más la improbabilidad, como a todo el mundo con esperanzas supongo. La improbabilidad duele menos y siempre deja un hueco a la esperanza, a la ética o a la casualidad momentánea que se da en el momento. Que David ganara a Goliat era improbable pero sucedió. Un afroamericano viviendo en la casa blanca era improbable, pero ahí está. Que los Police volvieran a tocar todos juntos era improbable, pero también sucedió. Nadal desbancando del número uno al gran Federer, una periodista convertida en princesa, el 12-1 contra Malta, aquel hombre en la luna,… incluso si me apuras la resurrección de Lázaro. El amor, las relaciones, los sentimientos, no se fundan en razones prudentes, por eso no me gusta hablar de amores imposibles, sino de amores improbables. Y mientras halla una posibilidad, media posibilidad entre mil millones de que pase... vale la pena intentarlo. Hoy en día todo es improbable, pero todo todo, quien sabe....quizás algún día llegue a la luna, o tal vez a princesa...(jajajaja..)

2 comentarios:

Arkantis dijo...

No hay nada imposible..solo es luchar por conseguirlo...

Ale positiva que estoy hoy..

Besotes

Anónimo dijo...

Los límites los ponemos nosotros,siempre.
Saludos