Llevo toda la noche viéndote bailar. La sala esta repleta y hace mucho calor pero tu cuerpo domina la pista. Eres alta, muy alta con unas piernas larguísimas que mueven tu cintura rítmicamente dando sentido a la música. Cada vez que intento ir hacia ti me entra un sudor frío con palpitaciones y pido otro trago para calmarme. No dejo de repetir : Otra ocasión perdida por mis inseguridades. Y son ya tantas... No puedo dejar de mirarte. Por fin mi deseo puede más que mi sensación de ridículo y me acerco a ti. Te miro a los ojos y con voz temblorosa te pregunto:¿ Cómo te llamas? Tú me miras y apoyando tu mano en mi hombro susurras con voz ronca: Enigma, aunque puedes llamarme Ambiguo
3 comentarios:
¡Bravo! ¡Maravilloso! Me ha encantado, pirata. ¿O es que te llamas Críptico o algo por el estilo?
¡Muá!
Uf, qué morbo :P
Pero al final esos tragos te sirvió de algo ¿o no?
Lo importante son los bailes en cualquier sitio, los nombres ya te los inventarás con el ritmo.
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