10 octubre, 2010

en el asiento de atras de un coche


Si algún lugar en especial se merece un homenaje son los asientos de atrás de un coche. Ese pequeño descansadero de gomaespuma forrada, encontraron refugio una infinidad de amantes antes de que fuera posible disponer de un colchón. Allí dentro se encontraron jóvenes inexpertos repitiendo una y otra vez esas noches que no se pueden repetir. Allí se dijeron las palabras más bellas y se desbordaron las caricias de las manos. Allí dentro el amor fue fabricando el vaho abrazado a las ventanas y unos dedos torpes aprendieron a desabrochar un sostén en la oscuridad. Allí dentro se alejaban de las luces de la ciudad, fuera de las líneas trazadas por los edificios hacia esos lugares que no aparecen en los mapas de los callejeros, buscando un trozo de cielo. Allí dentro también encontramos refugio tú y yo y allí dentro comprendí que el paraíso consistía en un Seat Panda y unos hombros de mujer.

1 comentario:

Lydia dijo...

Desde luego... si los asientos de la parte de atrás hablaran... uyy, y ahora que lo pienso, ¡los de alante también!

Besito.