12 mayo, 2010

cada noche


Cada noche la acaricio en sueños. Cada noche, mi lengua se desliza glotona desaforada alrededor de su abismo, anhelando saborear la humedad que atesora en sí. Cada noche, mis dedos temblorosos de deseo hallan alivio en su tersura, mis ojos en sus brillos y la boca se me llena de su nombre. Cada noche sólo existo en mi ansia olfativa, gustativa y desbordante, sólo en ella me hallo y encuentro sentido, sólo en su posesión gozo y me consumo.

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