15 septiembre, 2010

Ana



Me despierto y te veo a mi lado, desnuda, indefensa y a la vez todopoderosa, bajo la luz del amanecer. Ana, nombre breve y capicúa con una ene ondulada en el centro, como la línea que dibuja tu espalda y que se alarga en tus caderas y en tus muslos. Ana, nombre con una a en cada lado, como tus pechos rotundos y sabrosos, primera letra del alfabeto, calor inicial. Lo contingente y lo complejo se quedan fuera de nuestra cama y de nuestras vidas. Nuestras miradas no dejan resquicios a la duda. Nuestra pasión se escribe y se lee en nuestras pieles pero habita más adentro, donde no puede alcanzar la aspereza de la vida cotidiana. Siento que este es un momento mágico, de esos que luego se recuerdan durante toda la vida, y a los que se vuelve buscando consuelo, felicidad en la nostalgia. No puedo detener el instante, el sol sigue avanzando y tú te despertarás. Pero eso todavía no ha pasado y yo sigo mirando tu cuerpo entredesnudo.

2 comentarios:

Carlos Brito dijo...

¿Entonces que dices pirata?. Que es mejor aprovechar el momento, vivirlo al máximo, dejar salir todo lo que tengamos que decir y de esa forma no darle paso a la desconfianza?. Me gustó. La parte de las miradas las grietas y la duda.. Excelente.

RiCh dijo...

HEEY Q BUENO LO Q ESCRIBES!!..ENJOY TOTAL..ABRAZO!
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