06 marzo, 2010

Marta

Marta miraba por la ventana abierta dejando escapar sus sueños por ella aspirando el aroma del sudor que recorría todo su cuerpo. Atrás quedaban sus angustias de un chateo desesperado de un amor ambiguo que habia hecho vibrar su corazón. Todavía está encendida esperando la respuesta de alguien al otro lado de la ventana. Todavía está encendida insinuandome tras las lineas de luz que deja entrar la palillería. Atrás quedaban sus ilusiones mientras gemía de pasión iba perdiendo su ilusión por el deseo ya apagado. Marta miraba por la ventana abierta desnuda de cuerpo, de alma y acariciándose comprendió que no le deseaba tan solo le gustaba regalarse.

1 comentario:

Scarleth dijo...

No todos nos damos cuenta cuando eso es lo que pasa...
pero a veces es todo lo que queremos...