06 febrero, 2013

nuestros cuerpos y la lluvia


El recuerdo de tu cuerpo con el mío, del momento en que, compartiendo el mismo cigarrillo, me sacaste la ropa. Teníamos aquella copa de vino en nuestras manos, la lluvia acompañaba perfectamente a la situación, solo los relámpagos iluminaban la habitación cada tanto y me permitían observarte más. Las yemas de tus dedos nunca se sintieron tan bien en mi cuerpo y tu respiración acelerada era música para mis oídos. De como, de repente, nuestros cuerpos comenzaron a entrelazarse y se volvían uno, tus mordidas en mi oreja y mi risa traviesa, de como por un segundo creí que podía abandonar mi cuerpo y ser parte del tuyo para siempre. Una metamorfosis que nunca se completaba, que siempre acababa con lo mismo, yo en el mío y tú en el tuyo, mi alma me pedía cada vez más que me alejara de mi cuerpo y que me adueñe del tuyo de una vez por todas. Odio mi facilidad para recordar todos los detalles. Mis ganas de escribir se van desvaneciendo lentamente, nada vuelve a su lugar, todo está siendo alterado. No tengo favoritismo, no tengo razones para hacer lo que hago, pero lo hago y lo volvería a hacer. Lo único que me inspira a despertar, abrir los ojos y salir de mi mismo son los recuerdos.

1 comentario:

RENATO VIDAL S. dijo...

lo bueno de recordar es que es gratis, los momentos vividos son lo que nos permite seguir adelante. Saludos