27 agosto, 2011

enajenaciones

Escribo esto en pleno estado de enajenación mental. En el fondo espero que estas palabras trasciendan, pero sé que se quedarán en el mismo lugar donde se quedan tus miradas, y las mías tal vez. Que no es que no quiera hablar, pero es que ahora mismo te gritaría. Pero sigamos con este juego unilateral (o no) hasta que cedas. Pero no quiero que lo hagas, que para una vez que experimento esta sensación tan adictiva (o no tan sensación) quiero que no termine. Porque cuando lo haga será para siempre, no irá más allá de la pared. Esa maldita pared. Y esta sensación constante de miedo que se mezcla con algo que no conozco. Quizás sea eso, o ella, o tú; pero engancha(s). Te salpimentaría, pero sería un desperdicio.

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