05 agosto, 2011

arriba y de vuelta

Camino por el pasillo despacio intentando no despertarme, preparo un cacao en ropa interior, miro de reojo unas nubes peligrosas que se apoderan del cielo que se ve desde la ventana, empiezan a sonar fuertes truenos, tiemblan las ventanas y tengo miedo. Creo que todo es culpa de los vecinos de enfrente por cantar toda la noche con el maldito karaoke, dejo todo tirado en el fregadero y corro a la cama. Me siento en el borde, me tapo los oidos con la almohada y tengo una erección. Nada malo me puede pasar, nada malo me puede pasar, nada malo me puede pasar...

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