¿Pues no coge la TIA y me dice que soy demasiado pequeño, que no podría entrar en ella aunque quisiera y que me largue a otra parte? ¡No!, no sirvió de nada que le dijera que el tamaño no importa, que mis esfuerzos y mi empeño podrían suplir la falta de volumen y que ella quedaría seguramente satisfecha. “Te presentas a otra; a mí me dejas en paz”, me suelta. “Ahora mismo estoy buscando otra cosa, una gorda y jugosa a ser posible; tú no das la talla”. ¡Y se queda tan pancha! ¡Ah! Es lo malo de las editoriales: son insaciables. Sólo quieren eso: ¡tamaño, tamaño, tamaño! ¿Qué pasa? ¿Eh? ¿Acaso no puedo estremecer a nadie ocupando lo que ocupo?¿Que me digan porque el Principito fue un éxito entonces?
4 comentarios:
has mandado alguno de tus escritos a una editorial?¿
que bien no? no desesperes...
no! no escribo para nadie, solo para, muchos menos para una editorial no soy capaz de coordinar mas de 10 o 15 lineas... gracias!
Jajajajaja, mira que por un momento sí que andaba yo pensando en una cosa COMPLETAMENTE diferente.
Recibe un gran abrazo lleno de cariño, encanto.
¡Mucha luz!
si es que a la gente le gusta cuando regala un libro que pese, que ya sacarán la edición de bolsillo para el que lo quiera leer de verdad
trágicomedia de las editoriales
un beso y felices dias
=)
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