Necesito una mujer, una buena mujer, la necesito más que el teclado desde donde escribo este texto, más que los cereales de las mañanas, más que el último whatsapp de la noche. La necesito más que el cine, la literatura, mi colección de entradas, la música en la ducha, los orgasmos y todas las cosas buenas. Necesito tanto una buena mujer que siento que la huelo en el aire, que la toco con las yemas de mis dedos. Necesito tanto esa mujer que veo calles hechas para pasear juntos, que veo almohadas donde descansar su cabeza, que siento mi sonrisa esperando, que la veo dormir y guardo ese instante, que veo su ropa interior derramada por el suelo, que siento los fines de semana de resaca, las mantas, y las pelis de sobremesa malas. Sé que existe. Sé que está ahí. Sé que está muy cerca. ¿Y a qué espera? No se si se dará cuenta. Supongo que nos encontraremos. ¿Y como reaccionará ella?
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