Odio que seas mi
equipaje de fin de semana, mi bolso de mano, mi gorro peruano o mi altillo eventual.
Que tu pelo se lie con mi barba como yo me lio en tu ropa interior. Odio gastar
mis fuerzas en intentar que no me hechices. Odio que puedas ser mis celos, mis
halagos, mis ganas de partirme la camisa, intentos de ir a misa. Mis ganas de
todo en los tiempos de nada. Odio que me hagas y deshagas, me ates y desates,
me tapes y me destapes, que juegue entre tus dedos y te juegue con mis dedos, y
tú sin pretenderlo, mostrando el menor esfuerzo. Odio que seas un muro impermeable
con forma de llave intentando abrirme tan sutilmente. Odio que te hagas la dura, que no me quieras como me merezco, como nos merecemos. Odio no inventar nuevos significados a los verbos querer, necesitar, compartir, amar, jugar, experimentar. Odio que me hagas volar en una noria en la
que no soy la única cabina. Odio dar vueltas en una noria, que aunque no lo
creas, yo no encuentro la manera de bajarme. Odio querer seguir dando vueltas. Odio
odiar porque nunca lo habia hecho antes. Aunque no odio lo que odie por pura y conductiva convicción.
3 comentarios:
Impresionante. Me encanta, de veras.
Un beso desde http://yanostocaserfelices.blogspot.com.es/ :)
......afortunada la que te inspira....
Hey hace rato escribe una especie de "Odio no odiarte" pero esto esta mucho mejor que el mio, leyendo unas cuantas cosas, me recordaron mi vida y casi me agua el ojo jajajaja muy lindo :)
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