Arrímate a mi piel como quien escucha música, notar el origen
de las notas desde los huecos menos visitados de nuestros cuerpos y saber que
he nacido para este momento. Nos descosemos de los nombres que nuestros padres
nos han dado, de todas las obligaciones que hemos adquirido para escuchar el
silencio que existe entre las canciones que escuchamos. Agotados del mundo nos
damos la mano tumbados el uno junto al otro buscando la frescura del suelo en
el comedor, pegados a las losetas como dos formas incandescentes, me dices
"me alimento de ti y redescubro la calma". Me besas y el universo es
un lugar mejor durante la pista 4. Me acerco y te rozo. Te miro mientras
vuelas, lejos de esta habitación en la que el verano ha comenzado a marchitarse.
Necesitamos salir, por eso viajamos una y otra vez al cuerpo del otro, con ganas
de quedarnos a redescubrir todos los valles y bosques que nos nacen. La música
es nuestra forma de llegar a ser y es desnudos, pocos minutos antes de que
llegue el sueño, cuando aprendemos por fin el origen de las palabras aún no pronunciadas.
1 comentario:
...."Agotados del mundo nos damos la mano tumbados el uno junto al otro"....qué maravilla...
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