07 agosto, 2009

mas de amores en la arena


Se sentía como si él y Samuel compartieran la misma respiración. Jorge era la inhalación y Samuel la exhalación, Jorge el sístole y Samuel el diástole. El era quieto y silencioso, Samuel estallaba a su alrededor como fuegos artificiales. No se entendían mutuamente ni hacían nada por entenderse, solo sentían lo que decían y decían lo que sentían, con eso les bastaba. No pensaban en el mañana, si no en el hoy como algo pasajero y melancólico. Samuel se marchó al acabar el verano solo dejando una nota: Te extrañaría aunque no te hubiese conocido.

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