(Enero)
"..para ellos ir a la piscina se convirtió en un ritual, día tras día se sentaban juntos a la sombra de un álamo y se iban conociendo mejor. Más o menos, obligados por las circunstancias, Helena y Juan entablaron una fuerte amistad o un frágil amor de verano. Hacia tiempo que Helena no se lo pasaba tan bien, pero siempre se quedaba con unas ganas locas de tocarle y de que Juan la tocara. Pero por mucho que lo deseara también deseaba con la misma intensidad seguir viviendo como lo hacían, sin que nadie seupiera nada, inocente y abiertamente al público. De manera que aceptaba la situación, los melancólicos besos de las 4 de la tarde a cambio de esa parcela de césped, de la crema solar y de la compañía. Y así pasaba otro día feliz junto a la piscina, pasaba otra tarde mas de cesped..."
"... y es que a tu lado, hasta las tormentas de verano parecen maravillosas..."
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