Ando desnudo por un pasillo, un tanto desorientado y con un cuerpo que no termino de saber si es mío. Los cuadros del pasillo son paisajes que siempre quise conocer. Levanto la vista y empieza a llover. Con cada gota crezco un centímetro más, pero todo me parece normal. Cuando mi cabeza está a punto de tocar el techo, la habitación explota. Ondas de color salen despedidas en todas direcciones, luces galácticas me transportan a una playa desierta. Me sumerjo en aguas ardientes y pienso que algo va a ir mal. Las corrientes me arrastran sin ningún esfuerzo, me relajo y cuento todos mis secretos en voz alta. Un golpe me devuelve a la realidad. Ante mis ojos una chica morena me saluda convertida en la tripulante de un imponente barco. Me siento Drake y sonrío. Ella mira fijamente al infinito y susurra “te estábamos esperando pirata”. Algo me dice que aquí termina el mundo para mi y estalla la tormenta. Me despierto sobresaltado. La habitación está oscura y todo parece en calma. ¿En serio era Penélope?
3 comentarios:
ey! cuanto tiempo sin leerte! mi poco acceso a internet hacen que me este perdiendo un poco del mundo blog...
un saludo enorme, marinero
y a cuidarse, nunca se sabe cuando vuelve la tempestad, aunque solo sea en sueños
;)
Penelope debería tener la sutil habilidad de entrar en nuestros sueños...
Debería si.. por cierto te sigo :)
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