Necesito supurarme. Soy duro con el niño que llevo dentro, y le maltrato,
“no salgas no volverán a vernos nunca más juntos”. Y sin que nadie lo sepa,
cuando nadie mira, le dejo salir, que corra libre en mí. Ya no juego, pero
nunca he sabido colgar las botas, irme de fiesta y olvidar la derrota, siempre
tuve los cojones necesarios para enfrentarme pero ya no tengo ganas. Me hablan
del pasado como si ya se hubiese esfumado, bebo un trago, suena de nuevo esa
canción. El pasado nunca muere, solo está dormido y cuando duermo, cuando me
acuesto es la única forma que tengo de tenerte. Ahora que nadie se equivoca,
que a mi boca le faltan besos, le sobran versos arañados en vasos. Ahora el
tiempo me da la razón, pero yo no quiero la maldita razón, solo quise que tu no
fueras tan suya… ni yo tan rastrero. Un beso, nos quemamos, pero ya volveremos
a vernos cuando muramos. Al fin y al cabo, somos humanos, piel y huesos, ¿debimos
creernos que estábamos creando algo?
1 comentario:
Brillante, como siempre. Un lujo leerte.
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