Hace mucho que no escribo, ¿Qué
me está pasando? ¿Quién soy yo, donde están mis demonios de almohada? Siguen
existiendo, aunque ahora no tengo tiempo para ellos. Las paredes de mi cuarto
lloran, al ver que en la calle todos se besan sin amarse, el mundo se consume,
mientras yo asumo que no tengo musa a quien escribirle ni perro que me ladre,
que tengo una historia de amor a medio empezar y otra a media acabar, unas
maletas en el salón que me esperan para marchar. En mi pecho ya no florece
nada, solo crujen unos huesos mal engranados, sin embargo hay goteras en mi
cabeza que no paran de sangrar. Dime algo nuevo, hazme sentir espacial,
consigue que te deje desayunar, y te prometo un rincón detrás de estos ojos
verdes, para que alguien vuelva a bailar en el agua. De momento, me tengo que
marchar, tengo que hacerlo por ellos, por los que me parieron, y si pudiese
dejar algo atrás, me dejaría a mí mismo. Pero la marcha esta cerca, el
desenlace es próximo, las circunstancias así lo dictan. A veces suena
una carcajada de fondo, cuando pienso en mi ironía, tanto miedo a olvidar, y a
veces, es lo único que busco.
1 comentario:
Me encantó. No sé, me senti tan identificada... te sigo va? Espero que te encuentres o que olvides, lo que prefieras
Publicar un comentario