30 enero, 2010

la realidad al despertar

Me deslizo por tu piel, tobogán de la delicia. Te acaricio despacio, con mis dedos, con mis labios, con la lengua hasta descubrir la geografía de tus poros, cada resquicio, monte y cada valle de tu cuerpo, cada devenir de adversidades. El ambiguo camino de los cuerpos. Me entrego, me desnudo, lleno de deseos me deshojo y me sumo a ti. Despierto, cálidas y húmedas las sábanas, y comprendo que nunca fuiste más mía que cuando te soñaba.

24 enero, 2010

morena mía

El momento llegó, de golpe, sin apenas meditación previa. La confusión o la impaciencia me movía a volar lejos de ti, a separarme de lo que me dolía y, al mismo tiempo, me daba la vida. Puede que fuera cobarde, es posible, pero no aguantaba más… Me moría, me pudría por dentro, aunque también sentía que me dabas con tu aliento una porción incalculable de maravillosas experiencias. Tú, mi morena. No supe comprenderte, o aguantarte, o quizá esperarte. Y no vale la pena decir que soy imperfecto, el daño ya está hecho y no hay vuelta atrás. La vida no es como una película que puedas volver a rodar. Se vive y ya. Es mas como el teatro. Se actúa y ya. Si te equivocas, el público se ríe de ti. Se empieza, se termina y se olvida.
Aunque a mi me cueste poder olvidarte, morena mía…

19 enero, 2010

secretos de masajes


Se adentró en sus hombros, acariciando cada poro, cada milímetro de su piel en una lenta escalada hacía su cuello. Él gimió cuando las manos de ella entraron en contacto con su nuca, suaves y frescas, cuando recorrieron la columna hacía sus muslos en vertiginosa carrera para hallar la meta deseada. Después los dedos regresaron al punto de origen, resbalando por los hombros, por los brazos extendidos hacia la cabeza perdiéndose en las sienes; entre el pelo mojado y enredado, para después, descansar en el cuello, ancho y suave. La sangre hería sus sentidos, el deseo por estrechar figura que le excitaba de aquel modo, amenazaba con desgarrar la ansiedad que se esforzaba en reprimir. Ella acariciaba su cuerpo con manos firmes, suaves, buscando la pasión, el ansia y el deseo; y era plenamente consciente de que está búsqueda sólo sería acallada cuando él hirviese de ansiedad. Él se dio la vuelta muy despacio. La toalla que hasta ahora había guarecido su hombría resbaló definitivamente hasta el suelo, y el deseo que sacudía su cuerpo, se reflejó en su sexo, firme, explicito, y caliente. Ella le contempló sin decir nada, sumida en una corriente eléctrica que le recorría todo el cuerpo. Desajustó la toalla que le oprimía, y su desnudez se perfiló en la habitación. Nadie se movió de su sitio, se miraban fijamente, acariciándose sin tocarse, comunicándose sin hablar.

14 enero, 2010

13 enero, 2010

nocturno y desconcertante


El ventilador del techo a duras penas se movía y a través del balcón entraba fuego. Un fuego inusual en Dinamarca. Sobre la butaca mi ropa descansaba y en el televisor mudo un político hacía gestos. Abajo, en la calle, viejas bandas de jazz tocaban viejos sones y en algún sitio, la mañana amanecía. La rubia que me había acompañado cogió tres billetes de mi cartera abierta, cruzó la puerta y me lanzó un guiño de reojo. En el suelo, moribunda, yacía una botella de bourbon y entre mis manos, mi sexo inútil dolorido.

09 enero, 2010

con intensidad


Nunca estábamos desnudos ni tumbados, siempre apoyados sobre un coche, en un callejón oscuro o a la sombra de un árbol agachado entre sus faldas que perdían consecutivamente los botones, como el que arroja monedas a los pobres. La ropa medio caída para abrir el paso a la carrera. Nunca la vi desnuda. Nos movíamos entre sombras a escondidas y su figura desnuda, limpia y clara, únicamente se forjó en mi cabeza. En arrebatos de locura lanzaba mi mano en busca de su sexo palpitante y ella siempre la detenía cortando mi trayectoria. Los latidos en mi cabeza me cegaban la voluntad y solo pensaba en unir nuestros bruñidos sexos. Cuando abría mi boca para expulsar mis extasiadas maldiciones me las ahogaba con su lengua, faltándome la respiración y encontrándola solo a través de su garganta. Ella volvía a sonreír sabiéndose triunfadora, único dueña y tirana. Recogía los restos que de mí quedaban y los atesoraba, chupando mis dedos con succiones de niño pequeño, y oliéndolos después con intensidad. Se relamía de gusto y me besaba con calidez y yo iba volviendo en mí a través del alimento que tomaba de su boca, mezcla de su sabor y el mío.

04 enero, 2010

propositos y esperanzas


Nunca he sido aficionado a los propósitos de año nuevo, pues siempre he pensado que se tarda el doble de tiempo en ser pensado que en llevarlos a cabo, un estúpido atisbo de esperanza y lucidez de hace creer que se puede que cuesta o duele. Pero este año me siento diferente, necesito escribir mis propósitos o sueños para el 2010, un año redondo. Si no se cumplen o fracaso ya saber que no hacer el año que viene, ¿y si por el contrario acabo el año mejor que lo empecé? Sabina por fin vendrá a Sevilla. Servidor intentará acabar pseudo-perfecto el curso en junio. Espero comer más pescado, descubrir el mundo de las hierbas aromáticas, ver más cine y ser más constante en la lectura. Esperaré la visita de una asturiana querida en mi casa. Bajaré un poco el rendimiento de mi blog, pero mantendré la importancia que me gusta que tengan las fotos. Este año espero enamorarme. Un año menos del resto de mi vida para ir a Nueva York. Iré a Londres y Bruselas, y ahorraré para Corea del Sur. Conseguir mas seguidores de mi blog, leer muchos mas blogs. Seguiré odiando madrugar, y adorando la virtud del dormir. Este año adelgazaré, iré al gimnasio y me pondré moreno. Acercarme a los que tengo lejos. En 2010 seguramente me aumente la miopía, y quizás definitivamente me deje el pelo largo… Iré dejando pistas por el camino que me recuerden que estoy en el camino del cambio.